15 de agosto de 2011

"Adelántate a toda despedida...

Dánae, por Egon Schiele


Adelántate a toda despedida, como si la hubieras dejado
atrás, como el invierno que se está yendo.
Pues bajo los inviernos hay uno tan infinitamente invierno
que, si lo pasas, tu corazón resistirá.

Sé siempre muerto en Eurídice, cantando sube,
ensalzando regresa a la pura relación.
Aquí, entre los que se desvanecen, en el reino de lo que declina,
sé una copa sonora que con sólo sonar se rompió.

Sé, y sabe a la vez la condición del no ser,
el infinito fondo de tu íntima vibración,
para que la lleves a cabo del todo, esta única vez.

A las reservas de la naturaleza en plenitud, las usadas
como las sordas y mudas, a las indecibles sumas,
añádete jubiloso y aniquila el número.


SONETO XIII, Rainer Maria Rilke, Los sonetos a Orfeo


11 Comentarios:

Anónimo dijo...

Grande Rilke! ¿de quién es ésta traducción?
¿Conoces los sonetos traducidos por Antonio Romero Márquez?

Saludos

María José dijo...

He manejado una edición bilingüe de Eustaquio Barjau y Joan Parra en Círculo de Lectores.Cernuda, Luis Felipe Vivancos , entre otros,han traducido a Rilke, pero no conozco la traducción de Antonio Romero Márquez; intentaré leerla.
Rilke es una gran lírico, el lirismo impregna no sólo sus versos sino también su vida.
Un cordial saludo

Ubú dijo...

Tres meses e medio son un bo periodo de ausencia e tempo abondo para adiantarte a toda despedida.
Agora chegou o momento de pedirche, coma Rilke a Orfeo, "cantando sube,
ensalzando regresa a la pura relación". Estamos a esperar na entrada do Inferno.

Anónimo dijo...

Querida María José, queriendo tú adelantarte a toda despedida,ayer has sabido hacerlo.
Sin poder yo siquiera despedirme de ti (cuanto me hubiera gustado...),sin despedirte tu,te has adelantado, te has ido lejos, en silencio.. (quizás lo veías mejor de esa manera).
Si bien me duele tu ausencia repentina, se que podré perdonártela, aunque no por ello dejará de dolerme en el alma. Profesora, y me atrevo a decir amiga... creíamos que ya tenías una batalla ganada.... Pero la batalla que has perdido, no te ha hecho perder la guerra...
No, querida María José, la guerra la has ganado, la guerra contra el olvido.
Allá donde estés, te llevo en mi corazón

Tu eterna alumna y aprendiz.

Ubú dijo...

Poida que as circunstancias o esixan pero non vai haber nesta despedida solemnidade, nin gravidade nin demáis -ades porque Ubú non vai facer concesións na derradeira intervención nin María José querería que as fixese.

"Lasculavi tebafos can moldeca
divilán voricer malagoscía;
arconta latilós debalatía
ormelabán orcalitán zos teca."

Tibi terra levis, María José.

Ubú, coma Orfeo, acometerá un "descensus ad inferos" e non evitará buscar o seu rostro. Así pois, María José e Ubú ficarán no hades.


P. S.- María José, que sabía ou sospeitaba quén era Eulalia, tíñame prometido presentarma.
Eulalia, se nestes días te asomas, que saibas que Ubú tería moito gusto en seguir en contacto contigo.

Eulalia dijo...

Ubú, estoy sin palabras. María José me habló muchísimas veces de ti. La divina Eulalia asoma aunque ahora ya no ríe.
Un abrazo inmenso.

Eulalia

abueloscrisytoño dijo...

Un día llegará
Que seré transparente
Y podré volar entonces
De lugar en lugar

Me posaré en las camelias
Sin ocultar su belleza
Coloreándome en rosa
Blanca ¡muy blanca!
O roja quizás
O tal vez me ponga verde
Con el tono de sus hojas…

Un día llegará
Que seré transparente
Y podré volar entonces
De lugar en lugar.

Abuela Cris.

Anónimo dijo...

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

- El mundo es eso - reveló -. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

El Libro de los Abrazos- Eduardo Galeano

Gracias María José, te echaré muchísimo de menos.

Ubú dijo...

Eulalia, moitas gracias por aparecer tan axiña.
Esta vez, o UBI SUNT era máis perentorio porque tamén a min María José me falaba de ti e, ó abeiro dela, quizais podiamos manter este contacto virtual, tan esporádico coma fermoso.

O meu enderezo, para cando a divina Eulalia o precise : nucho62@mundo-r.com

Un bico grande.

Acibecha dijo...

Es, Mª José, coma unha cepa de vide que cortaenn antes de tempo, aínda tan vigorosa... A túa semente exquisita prendeu en cantas, en cantos te coñecemos e estás, e quedas...
Coma unha sonora copa de Rilke retemos o teu sorriso de sabedoría, o teu falar grande, o teu fuxir da conquista dos escaparates, quizáis por isa razón a túa fala era a dos poetas que agroman coma floriñas nos valados onda os mananciais limpos. Quédaste. É por iso que -aínda que esta túa viaxe cara á ese infinito invernonos nos pillase por sorpresa-, sabemos que non quebraches por soar, non... Ti rompiches por soñar, por soñar cun mundo mellor, con ser a mellor das MESTRAS, con superarte, con querer e darte ao alumnado ata a médula. De certo entráches directamente no noso mundo dos afectos coma unha inxección intravenosa para provocar coa túa ausencia física íntimas vibracións. Oxalá recibas esta aperta que preciso darche. Unha "acibecha" máis.

Anónimo dijo...

Ojalá no hubiese ojeado el periódico!.. permanecer en la ignorancia de saber, que un manantial de sabiduría, un enérgico carácter regado de sensibilidad, se desvanecía. He tenido el privilegio de tener una profesora de literatura, que tenía el don de dejar una huella imborrable, como pocos pueden hacerlo. Lamentablemente, no seguí su consejo; no entiendo qué vio una vez en mí, que ni yo todavía hoy acierto a saber. Gracias María José. La forma en la que me acerco a un libro está tan íntimamente ligada a tí, que sospecho que continúas con tu labor adoctrinadora hasta en la eternidad. Hasta el infinito invierno..

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