25 de enero de 2009

PERSONAJES LITERARIOS : DON JUAN


Ver cortometraje sobre Don Juan de Moviola films

http://video.google.com/videoplay?docid=-8228203655871179620&hl=es

24 Comentarios:

Ubú dijo...

(...)"Es un personaje que seduce aún, no únicamente a las mujeres de su leyenda ni a los autores que escriben sobre él, sino que también sigue seduciendo al lector, quien parece tener una predisposición natural para saludar a un nuevo Don Juan con curiosidad y con aprecio; y aunque en la mayoría de esas reencarnaciones el personaje y el donjuanismo sigue conservando un carácter un tanto desabrido o cínico, el hombre de la calle no recibe con disgusto la apelación de donjuán que alguien le pueda dar, sino todo lo contrario. El donjuanismo como calificativo (frente a lo que podría ser el otelismo o el tartufismo) implícitamente es un secreto motivo de placer para el hombre al que se tilda de ello.
Y sin embargo, cuando repasamos lo que el Don Juan es, el Don Juan multiforme reencarnado a lo largo de una historia literaria a la que aquí no podemos hacer más que una mención de pasada, vemos que los rasgos esenciales del personaje se esbozan ya en El burlador de Sevilla de Tirso de Molina. Aunque contemporáneamente a Tirso haya réplicas, con un siglo de diferencia comienzan a aparecer nuevas recreaciones, algunas muy célebres como la del propio Molière, o naturalmente la más tardía de Zorrilla (que en España es la que consolida y relanza el personaje), y otras que ya en el siglo XX alcanzarían notoriedad, como las de Von Hörvath o Max Frisch. Lo cierto es que es un personaje ilimitado que ha trascendido el género estrictamente dramático, y se han ocupado de él poetas como Byron y Pushkin, novelistas como Pérez de Ayala y Torrente Ballester o libretistas como Bertati (para el compositor Gazzaniga) y Da Ponte (para la suprema ópera de Mozart Don Giovanni).

(...) Si leemos el drama de Tirso, teniendo en mente las obras posteriores, se advierte un deseo fundacional de mito, un intento que va más allá de la creación de una obra de ficción, una comedia de intriga moral. En ese Don Juan no hay sólo la plasmación afortunada y llena de futuro de un personaje, sino la creación de un mitema que ha dado pie a un mito posterior de gran envergadura, y al cual Tirso alude en distintos episodios. Tal vez el más llamativo aparece al comienzo de la obra de un modo casi cinematográfico: al levantarse el telón toda la acción está ya en desarrollo, en torno a la seducción de Isabela, quien aún un poco sofocada por la peripecia que acaba de sufrir o de gozar, pregunta a su seductor quién es; Don Juan le responde: "¿Quién soy? Un hombre sin nombre".
Y es que en cierta medida El burlador de Sevilla trata de la construcción del nombre, de la fundación del nombre de Don Juan Tenorio (el Don Juan a secas de la imaginación popular posterior). Un personaje que a través de sus acciones, conquistas, desafíos, a través de su propio final (que en el caso de Tirso no es un final feliz: Don Juan se condena y es arrojado al infierno por la mano que le apresa, la mano de la estatua que viene aceptando la invitación a cenar) se crea un nombre, una leyenda.

(...) En el Don Juan de Tirso hay también esa preocupación (de signo contrario, puesto que lo que se está creando voluntariamente es un mal nombre, una leyenda de condenación a la que el burlador se revela muy dispuesto a hacer frente), pero que no deja de ser muestra del orgulloso concepto de autoafirmación humanista frente a la subsidiaria ordenación divina de los sujetos que había prevalecido hasta entonces; de hecho, lo que más llama la atención en una de las obras más originales que han tratado el tema, la de Molière, es justamente el carácter tan ateo, tan sacrílego que tiene su Don Juan.
Lo indiscutible es que el personaje de Tirso, entre otros elementos fundacionales del mito, deja apuntada esa idea imperecedera del Don Juan como puro presente. Don Juan no tiene pasado, y si lo tiene, éste es objeto de referencias muy exiguas; incluso a la relación paternal se alude muy de pasada, aunque el padre sea un personaje muy importante en la obra. La esencia del protagonista la constituye la vivencia constante y gozosa de una aventura sin fin, ausente de temores, sin preocupación por lo que el futuro pueda deparar." (...)

Vicente Molina Foix. Don Juan y los donjuanes, en HÉROES DE FICCIÓN.

abueloscrisytoño dijo...

Pase para saludar y beber un poco de esta fuente de cultura. A.Cris

Anonymous dijo...

"-Salir...¿A dónde?
- No es el adónde lo que importa, sino el por dónde. Y para eso, para enseñarle el camino, estoy aquí.
Rápidamente, Leporello se acercó al gran espejo dorado y lo abrió. Quedó dentro del marco un vacío oscuro, y, fuera de escena, retumbó la caja de los truenos. Don Juan retrocedió, se detuvo de pronto, se irguió...
- ¿Es la puerta del infierno?
- El infierno es tan sólo una parte del misterio, y esa puerta se abre a su totalidad. Solo entrando por ella puede llegar a buen término nuestra aventura...

DON JUAN, Torrente Ballester

Ubú dijo...

Xa se botaba en falta outra voz, aínda que sexa anónima, e aproveito o comentario para suxerir o visionado de DON JUAN EN LOS INFIERNOS (1991) de Gonzalo Suárez, tirada de Moliére. Barroca, simbolista, surrealista, con magníficas localizacións e un reparto impecable. Don Juan según Gonzalo Suárez.

Eulalia dijo...

¡Magnífica presentación!

He aquí uno de los donjuanes más entrañables: el nostálgico Bradomín.

"Los ojos de la Niña Chole habían removido en mi alma tan lejanas memorias, tenues como fantasmas, blancas como bañadas por luz de luna. Aquella sonrisa, evocadora de otra sonrisa lejana, había encendido en mi sangre tumultuosos deseos y en mi espíritu ansia vaga de amor. Rejuvenecido y feliz, con cierta felicidad melancólica, suspiraba por los amores ya vividos, al mismo tiempo que me embriagaba con el perfume de aquellas rosas abrileñas que tornaban a engalanar el viejo tronco. El corazón, tanto tiempo muerto, sentía con la ola de savia juvenil que lo inundaba nuevamente, la nostalgia de viejas sensaciones: sumergíase en la niebla del pasado y saboreaba el placer de los recuerdos, ese placer de moribundo que amó mucho y en formas muy diversas..."

Eulalia dijo...

¡Magnífica presentación!

He aquí uno de los donjuanes más entrañables: el nostálgico Bradomín.

"Los ojos de la Niña Chole habían removido en mi alma tan lejanas memorias, tenues como fantasmas, blancas como bañadas por luz de luna. Aquella sonrisa, evocadora de otra sonrisa lejana, había encendido en mi sangre tumultuosos deseos y en mi espíritu ansia vaga de amor. Rejuvenecido y feliz, con cierta felicidad melancólica, suspiraba por los amores ya vividos, al mismo tiempo que me embriagaba con el perfume de aquellas rosas abrileñas que tornaban a engalanar el viejo tronco. El corazón, tanto tiempo muerto, sentía con la ola de savia juvenil que lo inundaba nuevamente, la nostalgia de viejas sensaciones: sumergíase en la niebla del pasado y saboreaba el placer de los recuerdos, ese placer de moribundo que amó mucho y en formas muy diversas..."

Eulalia dijo...

¡Magnífica presentación!

He aquí uno de los donjuanes más entrañables: el nostálgico Bradomín.

"Los ojos de la Niña Chole habían removido en mi alma tan lejanas memorias, tenues como fantasmas, blancas como bañadas por luz de luna. Aquella sonrisa, evocadora de otra sonrisa lejana, había encendido en mi sangre tumultuosos deseos y en mi espíritu ansia vaga de amor. Rejuvenecido y feliz, con cierta felicidad melancólica, suspiraba por los amores ya vividos, al mismo tiempo que me embriagaba con el perfume de aquellas rosas abrileñas que tornaban a engalanar el viejo tronco. El corazón, tanto tiempo muerto, sentía con la ola de savia juvenil que lo inundaba nuevamente, la nostalgia de viejas sensaciones: sumergíase en la niebla del pasado y saboreaba el placer de los recuerdos, ese placer de moribundo que amó mucho y en formas muy diversas..."

Ubú dijo...

Antes de nada, un saúdo para Eulalia sempre tan vehemente, nesta ocasión incluso excesiva...

Onte quedaba don Juan a piques de entrar no inferno, por pluma de Torrente; hoxe tráeo de volta a palabra de Bergamín:
(...)"Don Juan es una metáfora clara y oscura, sombría y luminosa, como Don Quijote. Lo que pensaba del hombre Novalis. Un equilibrio vivo. Por eso las sombras humanas, las sutiles metáforas de Don Juan y de Don Quijote, se encuentran y se entienden, se quieren entender; y dialogan para entenderse.
-Si tú tienes, Don Juan, el corazón en las carnes -dice Don Quijote-, yo tengo en los huesos el alma, y no sé que sea lo que más duele. Ahora que estamos solos, vamos a querer entendernos.
-Bien -dice Don Juan-, porque los dos queremos y esperamos tal vez lo mismo.
-Porque ninguno de los dos -responde Don Quijote- sabemos tal vez lo que queremos ni lo que esperamos. Pero queremos y esperamos sin saberlo. Queremos esperar.
-Desesperando -responde el burlador.
-Soñando, mejor -dice Don Quijote.
-Tú que eres sueño de hambre -replica Don Juan-. Yo soy hambre de sueño. Yo soy razón de amor. Tú eres sinrazón amorosa. Por eso tú estás loco.
-Yo no -vuelve a decir Don Quijote-, yo no soy el loco; el loco era el otro, el que me dejó a mí solo y vacío mientras se dejaba a sí mismo morir, por bueno, a manos de la melancolía.
-Solo -dice Don Juan-, vacío y solitario, ¿no eres el desengaño del mundo?
-Como tú eres el desengaño de Dios -responde Don Quijote. Y añade:- ¿No ves la alta sombra que nos guía? ¿Y no sientes el chapotear del agua yerta? Volvemos del infierno, Don Juan, que es donde nuestras sombras por primera vez se han juntado.
-Yo me fui al infierno por escotillón -interrumpe Don Juan burlándose.
Y Don Quijote:
-Es decir que no te fuiste de ninguna manera, que ya estabas en él; que no te nos escamoteaste una vez más como "un hombre sin nombre, huyendo de ser conocido". Y en tales trances como este, Don Juan, no se ha de burlar el hombre con su alma.
-Ni el alma con el hombre -responde Don Juan-. El infierno es la muerte.
Y Don Quijote:
-El infierno es la muerte inmortal: por eso está vacío, como pensaba mi otro don Miguel. Y está vacío porque ha volado sobre sus fronteras naturales, por las tierras desoladas de España, sus espectros sangrientos: sombras de macabros tiranos, grandes señores, clérigos, obispos, mercaderes e impostores, toda clase de perjuros e infieles juntos. Abre sus puertas el infierno vomitando, entre sangre y bilis, toda su barbarie secular, sobre España. Y lo hace, Don Juan, para afirmar aquello mismo que nosotros negamos: la fuerza ciega, el imperio de lo pasado, el poder absoluto infernal, la inmortalidad de la muerte.

La mirada avizora de Don Juan siente traspasado su engaño por la mística irracionalidad amorosa de su acompañante, al que interroga:
-¿Qué es aquello que en la otra orilla pone ante nuestros ojos su oscura silueta humana sobre el horizonte?
-Es -dice Don Quijote- mi siempre fiel Sancho con su rucho. España, Mi Don Juan, nos ve desde aquella otra orilla como "una sola sombra larga" que se finge la del barquero eterno. LLevémosle, amigo, nuestras verdades juntas como una sola, la entera verdad, la sola verdad que espera.
-¿Y nos montaremos en el mismo burro los tres? -inquiere burlón el sevillano.
-No sería mala vuelta de los infiernos visibles -responde Don Quijote-, sobre todo si no tenemos que caernos por el camino. Que acaso ni aun así nos vean." (...)

José Bergamín. LA VERDAD DEL BARQUERO. Soliloquio a la sombra de las estatuas.

Continuará... iso espero.

Eulalia dijo...

Decía en mi anterior comentario que la informática es esa ciencia entre la teología y la alquimia: ¡qué poco me equivocaba! Por más que le he dado al "publicar comentario" no sale publicado quién sabe por culpa de qué diablillo cibernético entrometido.

Aquí dejo una recreación un tanto peculiar del personaje en una canción antigua de Aute:
***
Don Juan: Adiós, Inés de Ulloa,
me voy para Lisboa,
me apunto de soldao
en la revoluçao.

Inés: T'as pasao, t'as pasao,
qué mosquito t'a picao.

Don Juan: Cómo quieres que me quede
con el lío que hay montao,
si me busca todo el mundo
por inverso y por drogao.
Si me quieres, vida mía,
piensa que me voy chalao
por tus huesos, por tus besos,
por tu acento de Bilbao.

Inés: T'as hartao, t'as cansao
no te gusta mi peinao.

Don Juan: Tus ricitos me fascinan,
nena, no te has enterao
de que el Lute es a mi lado
como un santo embalsamao.
Media CIA me persigue
desde Lourdes al Macao,
todo por tu lindo cuerpo
y por tu mágico cruzao.

Inés: Ven, amao, a mi lao,
te daré otro Cola-Cao.

Don Juan: No me digas esas cosas
que me pones encelao.
Ay, Inés, tú no me quieres,
que me quieres enterrao.
El amor es otra cosa,
esto tuyo es un pecao,
pero así es como me gustan
las cosas del bacalao.

Adiós, Inés de Ulloa,
me voy para Lisboa,
me apunto de soldao
en la revoluçao.

Inés: Ten cuidado, Coraçao
que Lisboa es un cacao.
Coraçao, ten cuidado
no te corten el riau-riau.
***
Un guiño y muchas sonrisas para Ubú y para María José, que seguro perdonarán este pequeño desvío (que no extravío).

Ubú dijo...

Por parte de Ubú, Eulalia ten indulxencia plenaria, que nesta oportunidade era innecesaria porque o pequeno divertimento, fresco e cachondo, coa personaxe está moi ben.
¡Cántas veces non cantaría Ubú (e inda canta en ocasións) ese estribillo!

Para seguir co ánimo de enredar, vou repetir con Bergamín, que tiña querencia por Don Juan, e unha "bagatela" que tamén ten a súa retranca.

DON JUAN. -Acto I. Escena única:
La mujer: ¿Sí o no?
Don Juan: No.

Acto II. Escena única:
La estatua: ¿Sí o no?
Don Juan: Sí. (Le da la mano afectuosamente.)

Epílogo en el cielo:
El Señor (a Don Juan): Yo no te digo que digas que sí ni te digo que digas que no; te digo que si quieres que te cuente el cuento que nunca se acaba...

(Don Juan se duerme. Y el Diablo se ríe de la mentira...Coro de Ángeles cantando: Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad).

En total acordo coa definición que das, que a pouco que un se meta nestes fregados informáticos remata por blasfemar e coa adrenalina disparada.

Chiscos e sorrisos para ti tamén.

Anonymous dijo...

"La borrosa silueta por el entresijo de callejones, entrevista la casa del pecado. Bastón y bombín, botas con grillos en las suelas. esguinces de avinado. En la sala baja las manflotas - flores en el peinado, batas con lazos y volantes - cecean tras de las rejas a cuantos pasan. JUANITO VENTOLERA, con un esguince, en la puerta.

JUANITO VENTOLERA. - ¡Vengo a dejaros la plata ! ¡Se me ha puesto convidaros a todas! Si no hay piano, se busca. ¡Aquí se responde con cartera! ¿Madre priora, quiero llevarme una gachí! ¡Redimirla! ¿Dónde está esa garza enjaulada?
LA DAIFA.- ¡Buena la traes! ¡Te desconocía sin las cruces del pecho! ¿o tú no eres el punto que me habló la noche pasada?
JUANITO VENTOLERA.- ¡Juanillo Ventolera, repatriado de Cubita libre!
LA DAIFA.- ¿Por qué no traes puestas las cruces?
JUANITO VENTOLERA.- Se las traspasé a un fiambre. ¡Con ellas podrá darse pisto entre las benditas del Purgatorio!
LA DAIFA.- ¡No hagas escarnio! ¡Entre las benditas hago cuenta que tengo a mi madre!
JUANITO VENTOLERA.- ¿Y tu papá, de dónde escribe?
LA DAIFA.- ¡A ese no le quiere ni el Diablo!
JUANITO VENOLERA.- ¡Sujeto de mérito!
LA DAIFA.- ¡Mira qué ilusión! ¿Cuando te vi llegar, se me ha representado! ¡Bombín y bastón! ¡Majo que te vienes!
JUANITO VENTOLERA.- ¡Una hembra tan barbí no pide menos! (...)Dirás luego que te chuleo, cuando eres tú propia quien me busca las vueltas, como a Cristo la María Magdalena. ¡Yo pago los cafeses y cuanto se tercie! ¡Y si te hallo de mi gusto, te redimo! ¡Se responde con cartera! ¡Madre Celeste, a cerrar las puertas! ¡Esta noche reina aquí Juanillo Ventolera!"

LAS GALAS DEL DIFUNTO (MARTES DE CARNAVAL), Valle- Inclán

He aquí al caballero don Juan tras los espejos del Callejón del Gato.¡Genial!, ME QUITO EL CRÁNEO.

Un beso a la bella Eulalia y al gentil Ubú.

Ubú dijo...

(...)" Un día de Difuntos, naturalmente, vimos el Don Juan de Zorrilla y no dejamos de verlo en la misma fecha los años sucesivos. Hoy, cuando lo veo o lo leo, no acierto a discernir si es un mamarracho, según pretenden demostrar gentes de buen juicio, o una obra maestra, de acuerdo con el criterio del público que continúa viéndolo, por lo menos una vez al año, y de grandes escritores. Valle-Inclán era uno de los entusiastas del Don Juan de Zorrilla y no por el tipo que falta en Tirso, el de Doña Inés, sino por su poesía. Le gustaba poner el siguiente problema a los denigradores de la obra: "¿Qué adjetivo emplearía usted comparando la pasión de una mujer por un hombre al río que va al mar? ¿Cómo va el río?" El denigrador decía: corriendo, atraído, arrebatado, enajenado, suspenso, lo que fuera, siempre vi que triunfaba Valle-Inclán. "Zorrilla lo dice mejor en la declaración de Doña Inés a orillas del Guadalquivir: "Yo voy a ti como va 'sorbido' al mar ese río"." Sin duda, Zorrilla era un romántico que escribía con la propiedad inapelable de los clásicos, pero su Don Juan me sigue pareciendo lo que me parecieron de niño sus antifaces, su apuesta, su convento, su cementerio, sus estatuas que hablan y se filtran por las paredes, una gran comedia de magia; drama religioso fantástico, rezan debajo del título las primeras ediciones." (...)

Corpus Barga. LOS PASOS CONTADOS.

En fin, Don Juan e Valle-Inclán por activa e por pasiva. Na FARSA ITALIANA DE LA ENAMORADA DEL REY, saca Valle como personaxe ó outro gran seductor, Casanova, baixo o nome de El Caballero de Seingalt.

Ubú acolle ese bico co agradecemento que lle merece.

Anonymous dijo...

Estimada Eulalia:

La Niña Chole.

-Ché, moreno!...
-¿Manda alguna cosa la Niña Chole?
-Quiero verte matar un tiburón…
-No puede ser, mi amita: Se ha juntado una punta de tiburones, ¿sabe?
-¿Y tienes miedo?
-¡Qué va!... Aunque fácilmente, como la sazón está peligrosa… Vea su merced no más…
La Niña Chole no le dejó concluir:
-¿Cuánto te han dado esos señores?
...
La Niña Chole, con ese desdén patricio que las criollas opulentas sienten por los negros, volvió a él su hermosa cabeza de reina india, y en tono tal, que las palabras parecían dormirse cargadas de tedio en el borde de los labios, murmuró:
-¿Acabarás?... ¡Sean los cuatro centenes!
...
Le vi erguirse negro y mitológico sobre el barandal que iluminaba la luna, y con los brazos extendidos echarse de cabeza y desaparecer buceando… Tratose en tropel de izar al negro… y cuando levantaba medio cuerpo fuera del agua, rasgó el aire un alarido horrible, y le vimos abrir los brazos y desaparecer sorbido por los tiburones.

Alguien tocó suavemente mi hombro. Volví la cabeza y hálleme con la Niña Chole. Vagaba, cual siempre por su labio inquietante sonrisa, y abría y cerraba velozmente una de sus manos, en cuya palma vi lucir varias monedas de oro. Rogome con cierto misterio que la dejase sitio, y doblándose sobre la borda las arrojó lo más lejos que pudo. En seguida volviose a mí con gentil escorzo de todo el busto:
-¡Ya tiene para el flete de Caronte!
Yo debía estar más pálido que la muerte, pero como ella fijaba en mí sus hermosos ojos y sonreía…

Epi

Anonymous dijo...

"¿No eran en aquellos labios una misma cosa la vida y la muerte, el tiempo y la eternidad? ¿no era él un dios? ¿La juventud y la vejez sólo una fábula, inventada por los hombres?".

EL REGRESO DE CASANOVA, de Arthur Schnitzler

El aventurero veneciano descubre cómo Marcolina , al alba,le contempla con horror. Este avejentado donjuán se enfrenta a la cruda realidad: la proximidad de la muerte y el dolor de un amor no cerrespondido.

Ubú dijo...

Aproveito o pé que me da o citador anónimo de Schnitzler para prantexar unha cuestión á que lle levaba dando voltas estes días, que é a da vixencia do mito de Don Juan, a súa pervivencia nas artes, a súa validez na sociedade actual, etc.
Porque, en efecto, Don Juan acadou categoría universal pero ¿tamén é un mito, digamos, "atemporal"?
Julio Caro Baroja non daba un peso por el, "no nos imaginamos a Don Juan en el estado llano o plebeyo, retozando con mozas de figón, o maritornes de mesón, o aldeanas. Sí, si es caballero de alcurnia. Eliminemos el elemento caballeresco. No nos imaginamos a Don juan en una sociedad libre en que las mujeres no están metidas en un estrecho ámbito en que funcionan ciertas ideas sobre el honor y la vergüenza femeniles, sean los de princesa, sean los de pescadoras de "ruin barca". Eliminemos los temas del honor y estatuto femeniles. No nos imaginamos a Don juan en una sociedad donde hay filósofos agnósticos, hombres de ciencia ateos, banqueros que compran y venden todo, con una moral o una falta de moral relativista. Eliminemos el medio social masculino donde no hay "barbas" venerables, criados fieles y cínicos, jóvenes calaveras que cortejan monjas y monjas que se dejan cortejar.
No nos imaginamos a Don juan en una sociedad donde no se crea en las penas del infierno, inexorables, como castigo a culpas públicas y privadas. En el caso zorrillesco sin la creencia de que el amor pueda redimir de una forma, que tanto como de Valladolid puede ser wagneriana.
¿Qué nos queda -por otra parte- de Don Juan, si no ve su propio entierro, si no invita al comendador, si no es soldado en Flandes, Italia o donde sea? (...) ¿Qué harán con él los poetas del futuro?", e en termos parecidos discurre Molina Foix na obra citada.
Se no marco espacio-temporal no que naceu e no que se consagrou era un rebelde que se opoñía á moral social e ós mandatos da igrexa, ou sexa, un heroe atractivo, libre dos condicionamentos daquela época, nunha sociedade máis permisiva ¿qué sentido ten Don Juan?

Fellini, e agora é cando empato con Schnitzler, no seu "Casanova" leva ó seductor ó extremo e fai que se enfronte coa vellez, a impotencia, o fracaso sentimental, créalle un problema novo de alcance máis xeral.
Sabemos que as personaxes monolíticas, dunha soa peza, non son interesantes; as que pagan a pena son as personaxes en conflicto, consigo mesmas ou cos outros, así pois ¿cal sería o conflicto que rescataría para o século XXI a Don juan? ¿ou non precisa tal cousa?

Anonymous dijo...

Estimado don Arthur Schnitzler

¿No era él un dios?

"Su piel es azafrán al sol tostado,
son de gacela los sedientos ojos.
-Ese Dios que la hizo, ¿cómo pudo
dejar que lo dejara? ¿Estaba ciego?
-No es hechura de ciego este prodigio:
Es mujer y es sinuosa enredadera.
La doctrina del Buda así se prueba:
nada en este universo fue creado."
(Dharmakirti)

Epi

Ubú dijo...

Máis facetas do burlador.

"(...) -Don Juan -comezou Don Ildefonso case lixeiramente-, tiña ouvido falar de vostede hai xa moito tempo. Meditéi sobre o porqué de botarse vostede dunha muller a outra, dun a outro amor. ¿Por qué nunca podía asosegar, deterse nesa plenitude da tranquilidade á que chamamos felicidade?
Don Juan amosou os seus dentes nun aceno de dor.
-De amor a amor -continuou Don Ildefonso con tranquilidade-, como se quixera vostede, unha e outra vez, convencer a alguén, seguramente a si mesmo, de que era digno de ser adourado polas mulleres, de que era un home como os que elas aman. ¡Coitado Don Juan!
Os beizos do ferido movéronse... Parecía como se repitira as últimas palabras.
-E, mentres tanto -seguiu o cura amizosamente-, nunca foi vostede home, Don Juan. Somentes seu espírito era espírito de home, e ése avergoñábase, señor, trataba desesperadamente de ocultar que a natureza non lle dera aquilo co que agasalla a todo ser vivinte...
Do leito saiu un xemido infantil.
-Por iso, Don Juan, "xogaba vostede a home" dende mozo, era vostede atoleirado e valente, aventureiro, orgulloso e pomposo, para vencer esa humillante sensación de que había outros mellores e máis homes que vostede. Pero todo era falsidade e por iso mercaba vostede, estragador, proba tras proba. Ningunha podía bastarlle, porque era somentes ficción estéril... Vostede nunca seduciu a ningunha muller, Don Juan. Vostede nunca coñeceu o amor, só se esforzaba febrilmente por enfeitizar a calquera muller desexable e nobre, facendo gala do seu espírito, da súa cabaleirosidade, da súa paixón, creados por vostede mesmo. Todo iso sabíao facer vostede perfectamente "porque era puro teatro". E cando chegaba ese intre no que a muller síntese desfalecer..., para vostede debía ser un inferno, Don Juan ¡un verdadeiro inferno!, porque nese intre triunfaba o seu orgullo febril, ó mesmo tempo que sofría a máis terrible humillación. E tiña que zafarse dos brazos que conquistara expoñendo a súa vida, e fuxir, desgraciado Don Juan, fuxir do abrazo da muller vencida... E aínda con algunha fermosa mintira nos vosos irresistibles beizos. Debía ser un inferno, Don Juan.
O ferido tiña o rostro cara á parede e choraba. (...)"

Karel Capeck. A Confesión de Don Juan, en APÓCRIFOS.

María José dijo...

"Todos los autores concibieron al Don Juan frente a los tres reactivos: La Mujer, El Amor y La muerte. Yo puse a don Juan frente a la Mujer, la Muerte y el Paisaje." VALLE-INCLÁN

En una entrevista de 1926, insiste y puntualiza:

"En ellas [las Sonatas] intenté tratar un tema eterno. El tema, si es eterno, por mucho que esté tratado, no está agotado nunca. El tema eterno es piedra de toque donde se mide el esfuerzo y el mérito de cada autor, y por ello todos debemos intentarlo. Don Juan es un tema eterno y nacional: pero don Juan no es esencialmente conquistador de mujeres; se caracteriza también por la impiedad y por el desacato a las leyes y a los hombres. En don Juan se han de desarrollar tres temas. Primero: La falta de respeto a los muertos y a la religión, que es una misma cosa. Segundo: satisfacción de sus pasiones saltando sobre el derecho de los demás. Tercero: conquista de mujeres. Es decir: demonio, mundo y carne, respectivamente. [...]
Los don Juanes anteriores al marqués de Bradomín reaccionan ante el amor y ante la muerte; les faltaba la Naturaleza. Bradomín, más moderno, reacciona también ante el paisaje."

"Aquel viejo jardín de mirtos y de laureles mostrábase bajo el sol de poniente lleno de agracia gentílica. En el fondo, caminando por los tortuosos senderos de un laberinto, las cinco hermanas se aparecían con las faldas llenas de rosas, como en una fábula antigua. [...] Tejían sus ramos en silencio, y entre la púrpura de las rosas revoloteaban como albas palomas sus manos, y los rayos de sol que pasaban a través del follaje, temblaban en ellas como místicos haces encendidos. Los tritones y las sirenas de las fuentes barboteaban su risa quimérica..." SONATA DE PRIMAVERA

"Valle-Inclán no duda en atreverse a convertir el paisaje en un concepto abstracto, elevándolo a la categoría filosófica de los conceptos de Amor y Muerte..."



Las Sonatas de Valle-Inclán:
arte y memoria a través de un cristal

Josefa Bauló Domènech

Ubú dijo...

(...)
"La escena culmina, como es sabido, con el desafío de Don Juan a la estatua del Comendador, una vez más el desafío a la Muerte.. Las estatuas se animan y tiene lugar un destacado diálogo, nueva muestra de otro rasgo inherente a la figura del libertino que querría subrayar. Me refiero al hecho de que una de sus armas principales de seducción (al margen de lo que pueda contar su atractivo físico o el desparpajo de su desfachatez) es la verbalidad, la seducción a través del rico despliegue de su lengua. (Hay otra creencia, o leyenda, quizá derivada de la del Don Juan, según la cual la facilidad de palabra tiene más éxito entre las mujeres que en los hombres; aquellas serían más sensibles al logos que al cuerpo, más proclives a caer rendidas ante la belleza de una buena locución seductora que la de un torso de atleta griego.)
Zorrilla, en cualquier caso, pone en práctica -pensemos que voluntariamente- esta estrategia: toda su obra es un alarde de versificación florida de gran eficacia. Hay un pasaje del drama en el que se hace particularmente visible: la escena del convento, en el acto IV de la primera parte, cuando Don Juan seduce a esa novicia que ya le conoce, que es su prometida, pero que está ahí recluida y que por tanto no es víctima fácil, rodeada de monjas y con su criada Brígida como centinela. Y Don Juan suelta una parrafada larga, muy larga, muy floreada y abundante en versos archiconocidos, en la que, a mi modo de ver, es fácil establecer un paralelo entre la hipérbole, el pavoneo verbal de Don Juan y el propio lucimiento de Zorrilla en los octosílabos rimados, un tipo de versificación que al autor se la daba muy bien, hazaña de la que se jactó por escrito en muchas ocasiones." (...)

Vicente Molina Foix

e tamén

"(...)Qué raro que estemos hablando de enamorados y no estemos hablando de Don Juan, otro sex symbol.Que no habla poco, sobre todo en el entrañable y magnífico drama de Zorrilla. Es un verboso. Pero no es un hombre medio ni está enamorado. Al amor se va más inocente y más culpable que va Don Juan en sus conquistas de insaciable Narciso, y en su desafío -a lo marqués de Sade- a lo divino y a lo humano. Don Juan tiene que ser locuaz, tiene que ser un tribuno de las tinieblas. El vicio también es grandioso, pero el amor lo es más, y si Don Juan estuviera de cierto enamorado, se callaría. (...)"

Francisco Nieva. El Amor en el Teatro, en EL REINO DE NADIE.

"Palabras, palabras, palabras." ¿W. Shakespeare?

María José dijo...

Murió don Guido, un señor
de mozo muy jaranero,
muy galán y algo torero;
de viejo, gran rezador.

Dicen que tuvo un serrallo
este señor de Sevilla;
que era diestro
en manejar el caballo
y un maestro
en refrescar manzanilla.

Cuando mermó su riqueza,
era su monomanía
pensar que pensar debía
en asentar la cabeza.

Y asentóla
de una manera española,
que fue casarse con una
doncella de gran fortuna;
y repintar sus blasones,
hablar de las tradiciones
de su casa,
escándalos y amoríos
poner tasa,
sordina a sus desvaríos.


"Es lo que queda de don Juan al humanizarlo, al quitarle el demonio que lleva dentro y que le mentiene siempre igual a sí mismo: un vulgar don Guido".

Gonzalo Torrente Ballester

Ubú dijo...

Este don Guido machadiano é un trasunto de don Miguel de Mañara, a quen alude don Antonio no seu "Retrato" (Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido), seductor lendario de Sevilla, modelo para "El burlador..." de Tirso de Molina e paradigma dos donjuán.
Fernando Savater recreou nun monólogo a súa andaina.

Habla DON MIGUEL DE MAÑARA

"(...) Yo tenía catorce años cuando comencé a ejercerme en mis propósitos de inmortalidad: me sentía hermoso y extraño, como una daga italiana, y crecía en mis riñones un empuje al que dediqué en primer término una consideración intelectual. Allí estaba el camino de la fuerza y ese camino apuntaba como una brújula rijosa hacia las mujeres. A los catorce años seduje a mi primera enemiga, a la que debía ser primer peldaño de lo que imaginé ascenso a la invulnerabilidad y era en realidad bajada a lo exangüe: fue una niña sevillana de andares púberes y fogosos, a la que pretendían casar próximamente sus padres con un terrateniente que la triplicaba en edad. Vinieron después muchas doncellas y otras que no lo eran tanto, damas de alcurnia aburridas de maridos gotosos y religiosas de vocación muy distinta a la del servicio divino; no desdeñé, empero, a las mozas de partido, a las dueñas tanto más ávidas cuanto más viejas e incluso -¡Dios me asista!- a mi propia hermana. A unas las conquisté montando asedio al modo usualmente establecido, a otras las seduje de forma tan sutil que no cayeron en la cuenta hasta el último momento y después debió de quedarles un sabor como a sueño, a bastantes otras las violenté sin miramientos. Advierte mi miseria, hermano, que ni del relato de los vicios que me condenan puedo extirpar totalmente la vanidad, como si ésta, engañoso remedo de júbilo que el hombre ha de obtener al saberse configurado a imagen y semejanza del omnipotente Dios, debiera acompañar todo cumplimiemto eficaz de un querer humano.
¿Por qué me hacían sentir fuerte estas victorias amorosas? Porque frente a las mujeres me podía comportar de un modo que yo juzgaba plenamente activo. La mujer no encarna tanto la pasividad como la ciega y terca resistencia; todo en ellas es voluntad de resistir con abismal encanto, las honestas se resisten a ser poseídas, las fieles se resisten a traicionar, las lúbricas se resisten a dar tregua a la carne, las orgullosas se resisten a ser compartidas o a compartir, y todas, absolutamente todas, se resisten a ser abandonadas, postergadas, olvidadas. La resistencia en unas es coquetería; en las menos, sincero pudor, y en otras, vileza; pero a fin de cuentas siempre desemboca en lo mismo: obstinación de arañas en no dejar ir a la presa, desesperación de quien no sabe ser más que por medio de otro y nunca puede estar plenamente segura de alcanzar verdadero señorío si no hay algo en el otro que se deja avasallar.
El designio de la mujer es reducir y amansar la inaquietable actividad del varón, encauzarla en el simple designio reproductivo que es fortalecimiento y conservación de la especie, pero debilitamiento y muerte del individuo. ¡Qué júbilo sentía yo al vencer todas las resistencias del acercamiento y las mucho más fuertes del abandono, al ver que mi actividad pura esquivaba todas las asechanzas de lo opaco, de lo repetido, de lo que aspiraba a fijarla en un solo punto para siempre jamás! Pero, ay, hermano, que andaba yo más errado que pecador, con serlo y muy grande. Comencé a percatarme de que la actividad se esteriliza y aquieta si no juega su partida con otra actividad enfrente; doblegar la resistencia de aquello cuyo destino final no es otro que resistir viene a ser algo puramente mecánico: a fin de cuentas, resulta ser la resistencia misma quien impone las reglas. Estrellando mi actividad contra las mujeres era yo tan loco como quien se revuelca en la arena del desierto fingiendo movimientos natatorios y así cree hallarse en la inmensidad abierta del mar. (...)"

Monólogo vigésimo séptimo. CRIATURAS DEL AIRE.

Anonymous dijo...

Achaques del divino marqués

"Bradomín le abrazó:
-¡Ya somos muy viejos!... Hoy, valen para mí más los amigos que las mujeres.
-¡Empiezas a ser cuerdo, Bradomín!"

(La corte de Estella, Ramón del Valle-Inclán)

Epi

Anonymous dijo...

Una pregunta, ¿podemos calificar de sexista la cita anterior de Valle-Inclán? ¿Alguien cree que sí? Pongámosla en femenino.

Achaques de la divina marquesa (de Bradomín)

"Bradomín la abrazó:
-¡Ya somos muy viejas!... Hoy, valen para mí más las amigas que los hombres.
-¡Empiezas a ser cuerda, Bradomín!"

Si no encontramos sexismo en este párrafo tampoco lo habrá en el masculino. Y este juego me conduce a otra pregunta. ¿Es un arquetipo masculino don Juan? Entiendo que no. Puedo imaginar a un don Juan femenino. No creo que la promiscuidad o la lujuria tengan sexo, y tampoco la querencia por el poder, que -en mi opinión- es la pasión dominante en el personaje.

Epi

María José dijo...

DON JUAN.- Acto I. Escena única:
La mujer:¿Sí o no?
Don Juan:No.

Acto II. Escena única:
La estatua:¿Sí o no?
Don Juan:Sí. (Le da la mano afectuosamente.)

José Bergamín

No hace mucho leí sobre la progresiva degradación del mito en Valle- Inclán: desde el donjuán otoñal - marqués de Bradomín( feo, católico y sentimental) ; el afán de poder en el despótico don Juan Manuel hasta el esperpéntico Juanito Ventolera.Me quedo con el admirable marqués. Un saludo

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