El arte en la sombra de Kumi Yamashita
A diferencia del héroe, el antihéroe surge de la observación de la prosaica realidad. El tiempo transcurre, la literatura evoluciona, y el héroe baja de su pedestal y queda a la altura de los lectores. En su lucha cotidiana no priman las certezas, sino la ambigüedad. El antihéroe, hijo del pesimismo, ya no constituye un modelo a seguir: nace como respuesta a un presente no deseado y vive sin ninguna promesa de futuro.
EL ANTIHÉROE MODERNO QUE PROPONE EL SILENCIO COMO REBELDÍA
Podía darle limosna para su cuerpo, pero el cuerpo no le dolía; era su alma la que sufría y yo no podía alcanzarla".
"Preferiría no hacerlo"
Bartleby es el personaje principal del relato Bartleby, el escribiente (1853), del norteamericano Herman Melville. Misterioso y hermético, Bartleby se rebela contra una sociedad opresora mediante la resistencia pasiva y el abandono. Su respetuoso grito de guerra, "preferiría no hacerlo", simboliza la soledad y la alienación del hombre moderno y la inutilidad de la existencia. Bartleby es el precursor de la negación que triunfa en el arte y las letras del siglo XX.
Bartleby, el escribiente, es un relato inquietante en el que sorprende el comportamiento del protagonista del que sólo conocemos la descripción del narrador (un abogado de Wall Street) y un dudoso rumor sobre el pasado de su empleado Bartleby que se caracteriza sobre todo por su determinación de preservar su intimidad y persistir en su extraña actitud. Al comienzo del relato el narrador comenta sobre el protagonista:
"...a las biografías de todos los amanuenses prefiero algunos episodios de la vida de Bartleby, que era uno de ellos, el más extraño que yo he visto o de quien tenga noticia. De otros copistas yo podría escribir biografías completas; nada semejante puede hacerse con Bartleby. No hay material suficiente para una plena y satisfactoria biografía de este hombre. Es una pérdida irreparable para la literatura. Bartleby era uno de esos seres de quienes nada es indagable, salvo en las fuentes originales: en este caso, exiguas. De Bartleby no sé otra cosa que la que vieron mis asombrados ojos, salvo un nebuloso rumor que figurará en el epílogo..."

Andy Warhol, La sombra
LA REBELDÍA ANTE LO INJUSTO Y UNA VISIÓN ESCÉPTICA DE LA EXISTENCIA
La genial respuesta de Bartleby "Preferiría no hacerlo", una negativa educada y sutil, supone una respuesta rebelde, pero no violenta, que refleja el cansancio del hombre ante su destino incierto y vacío. Bartleby es el abanderado de la resistencia pasiva, la del hombre inacción que busca cambiar el mundo a partir de la reflexión de los otros. Las continuas negativas a los requerimientos del abogado hacen que éste se tambalee por comprobar que está perdiendo el principio de autoridad. Poco a poco Bartleby va ganando terreno y se va encerrando cada vez más.Cuando se niega a copiar los documentos, el abogado- que trata de comprenderlo- cree que el problema reside en sus ojos cansados por el trabajo. Pero Bartleby, cuya tara no es la del invidente, sino paradójicamente la del visionario, está diciendo en silencio que se le escapa la vida. El abogado trata de echarle sin éxito y acepta la inactividad del escribiente a pesar de las protestas de los clientes del bufete y los compañeros. Ante el peligro que amenaza su reputación, el abogado se traslada a otro local para alejarse de Bartleby que se resiste a abandonar las antiguas oficinas y se va convirtiendo en el símbolo de la resistencia pasiva en el corazón de Wall Street. Finalmente, el amanuense ingresa en prisión sin oponer resistencia alguna hasta que se deja morir de hambre.
El relato finaliza con un breve epílogo del narrrador en el que comenta que el extraño comportamiento de Bartleby puede tener origen en su pasado cuando trabajó en la Oficina de Cartas No Reclamadas, en Washington:
" Conciban un hombre por naturaleza y por desdicha propenso a una pálida desesperanza. ¿Qué ejercicio puede aumentar esa desesperanza como el de manejar continuamente esas cartas muertas y clasificarlas para las llamas? Pues a carradas las queman todos los años. A veces, el pálido funcionario saca de los dobleces del papel un anillo -el dedo al que iba destinado, tal vez ya se corrompe en la tumba-; un billete de Banco remitido en urgente caridad a quien ya no come, ni puede ya sentir hambre; perdón para quienes murieron desesperados; esperanza para los que murieron sin esperanza, buenas noticias para quienes murieron sofocados por insoportables calamidades. Con mensajes de vida, estas cartas se apresuran hacia la muerte. ¡Oh Bartleby! ¡Oh humanidad! "
Las palabras finales ¡Oh Bartleby! ¡Oh humanidad! podrían interpretarse como la equiparación del destino trágico del escribiente y el del ser humano, o bien como la responsabilidad de la sociedad en su aniquilación.
Leer el cuento :
LA LITERATURA DEL NO
Bartleby, el escribiente es uno de los más célebres relatos breves de la Literatura Universal. Ha sido considerado un relato precursor del existencialismo y de la literatura del absurdo. Existe, además,un paseo literario triste y maravilloso que comienza con Bartleby, el escribiente, continúa con Jacob von Gunten (1909) de Robert Walser, y culmina en El proceso de Kafka (1914). En estas tres obras el comportamiento de los personajes es infrecuente , misterioso, y desaparecen en silencio tras una vida sin sentido.
Enrique Vila- Matas, inspirándose en el relato de Melville, publicó en 2001, Bartleby y compañía; en esta obra designa como "bartlebys" a aquellos escritores que renunciaron, por variadas razones, a seguir escribiendo.
"La gloria o el mérito de ciertos hombres consiste en escribir bien; el de otros consiste en no escribir". Jean De La Bruyère
En esta novela un narrador (en algún momento descubrimos que se llama Marcelo) escribe un diario a la deriva compuesto por 85 notas ensayísticas, que rastrean y analizan "la literatura del No" considerada la más perturbadora y atractiva tendencia de las literaturas contemporáneas, pues sólo de la pulsión negativa, del laberinto lúcido del No, puede surgir la escritura por venir. Por sus notas desfilan toda una serie de autores que ,al menos en algún momento de su vida,padecieron el síndrome del silencio creativo o han hablado de él: Socrátes , Rimbaud ,Kafka, Musil, Juan Rulfo, Salinger , Wilde en sus últimos años en París (" Cuando no conocía la vida, escribí; ahora que conozco su significado, no tengo nada más que escribir")... Entre las causas del abandono de la escritura se cita la locura de Hölderlin , internado 38 años en la buhardilla del carpintero Zimmer en Tubinga, o de Robert Walser encerrado en manicomios y dedicado a una febril actividad de letra microscópica, indescifrable en minúsculos trozos de papel.También hay bartlebys españoles: Pepín Bello, amigo de los poetas del 27, sorprendentemente ágrafo a pesar de su genialidad artística o Antón Castro calificado como el escritor del No por excelencia...Incluso existe una Biblioteca del No, la Biblioteca Brautigan en Estados Unidos, formada por manuscritos rechazados por todas las editoriales del mundo.

Varga Llosa y Vila- Matas ( de espalda), foto de Daniel Mordzinski
¿Por qué ese silencio de grandes escritores en un determinado momento de su vida? ¿Por qué algunos seres geniales se niegan a escribir? ¿Les abandonaron las palabras?. El mal de bartleby es un tema desconcertante y atrayente. Al final de su vida, Tolstoi vio en la literatura una maldición y entonces renunció a escribir, porque dijo que la escritura era la máxima responsable de su derrota moral... Una noche escribió en su diario una frase que no logró terminar:"Fais ce que dois, advienne que pourra" ( haz lo que debes, pase lo que pase). Cuando era el escritor más famoso de su época huyó en un tren que se dirigía al sur y emprendió un viaje hacia la muerte. Atrás quedaba en su diario la última frase de su vida, la frase abrupta, malograda en su desfallecimiento bartleby:
Fais ce que dois, adv...
Muchos años después diría Beckett que hasta las palabras nos abandonan y que con eso queda dicho todo.
Bibliografía: Casariego, Nicolás, Héroes y antihéroes en la literatura.
Melville, H. Bartleby y otros cuentos
Vila-Matas, Enrique, Bartlebys y compañía