23 de mayo de 2009

"CORAZÓN CORAZA"


Se nos ha muerto Mario Benedetti, tal vez en busca del gran quizás (parafraseando las últimas palabras de Rabelais antes de morir). Se ha ido hacia los amigos y el amor-Luz, dejándonos la nostalgia de su huella imborrable de humanidad y compromiso ético con la literatura y sobre todo con la vida. En El porvenir de mi pasado, libro de cuentos breves y poemas intensos de claridad elocuente, recoge el autor fragmentos de vidas que sueñan, viven o sufren intentando comprender hacia dónde se ha fugado el tiempo vivido:

Eso fui. Una suerte de botella echada al mar. Botella sin mensaje. Menos nada. Nada menos. O tal vez una primavera que avanzaba a destiempo. O un suplicante desde el Más Acá. Ateo de aburridos sermones y supuestos martirios.

Eso fui y muchas cosas más. Un niño que se prometía amaneceres con torres de sol. Y aunque el cielo viniera encapotado, seguía mirando hacia adelante, hacia después, a renglón seguido. Eso fui, ya menos niño, esperando la cita reveladora, el parto de las nuevas imágenes, las flechas que transcurren y se pierden, más bien se borran en lo que vendrá...Aprendí definitivamente los colores, me adueñé del insomnio, lo llené de memoria y puse amor en cada parpadeo.

Eso fui en los umbrales del futuro , inventándolo todo, lustrando los deseos, creyendo que servían, y claro que servían, y me puse a soñar lo que se sueña cuando el olor a lluvia nos limpia la conciencia.

Eso fui, castigado sin clemencia, laureado y sin excusas, de peor a mejor y viceversa. Desierto sin oasis. Albufera.

Y pensar que todo estaba allí, lo que vendría, lo que se negaba a concurrir, los angustiosos lapsos de la espera, el desengaño en cuotas, la alegría ficticia, el regocijo a prueba, lo que iba a ser verdad, la riqueza virtual de mi pretérito.

Resumiendo: el porvenir de mi pasado tiene mucho a gozar, a sufrir, a corregir, a mejorar, a olvidar, a descifrar, y sobre todo a guardarlo en el alma como reducto de última confianza.

Ahora, que el tiempo se ha fugado y te ha vuelto transparente, tu palabra poética permanece. Para siempre.


2 Comentarios:

Ubú dijo...

Corren malos tempos para a lírica neste mes de Maio que remata. Finou Benedetti, o poeta do compromiso ético, e desapareceu José Miguel Ullán, o poeta singular, mimado por María Zambrano, e, entre medias, morreu tamén o crítico Rafael Conte.
E para redondear o réquiem aconteceu, ademáis, a morte civil ou cívica doutros dous escritores: Carlo Frabetti, antólogo, traductor, guionista, divulgador científico e narrador, e Alfonso Sastre, o mellor dramaturgo español xunto con Valle do século XX, ós que se lles impide, cunha maniobra político-xudicial, participar nas vindeiras eleccións europeas.
"Abril é o mes máis cruel" dicía T. S. Eliot, trabucábase, foi Maio.

Anónimo dijo...

...Qué leve parte de la muerte
como dioses rescatan los poetas...
Y algo hubo allí, en tu pecho cuando latía,
en tu mano cuando trazaba mágicas palabras;
mortal afirmación frente a la negación eterna, breve chispa de fuego entre cimas heladas.
Existe la inefable hermosura
y este triste temblor ante la muerte
acaso no sea más que temor de anegar
con el cuerpo acosado esa lumbre remota
que por el hombre arde y con el hombre vive.

LUIS CERNUDA

Este "maio longo", longo en tristeza ante el vacío que deja la muerte de un poeta, de varios poetas, porque también se ha ido JM Ullán. Con ellos, el lector más insaciable: Rafael Conte , crítico certero y profundo.
Malos tiempo para la lírica. Para todos.
Un saludo afectuoso. María José

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