10 de mayo de 2009

"Se rompe el saco" por José Luis Sampedro

"Sin duda alguna la cuestión palpitante ahora en nuestro mundo es la crisis. En los hogares y en las empresas se sufren las consecuencias; en los parlamentos, en los medios y en las tertulias se analizan sus efectos y, sobre todo, sus causas. Pero la explicación clara y definitiva nos la ofrece la sabiduría tradicional : LA AVARICIA ROMPE EL SACO. Pese a no ser sinónimos, hoy la palabra " codicia" se asocia inevitablemente con la palabra crisis...". Así comienza el artículo "Se rompe el saco" del escritor José Luis Sampedro, incluido en Miradas, textos escritos por el autor para su página oficial de Clubcultura,en los cuales predomina el análisis crítico, desinhibido, políticamente incorrecto, pero esperanzado , de la sociedad en la que le ha tocado vivir.

La escritura para José Luis Sampedro es otra forma de sobrevivir al presente; su mensaje: ESCRIBIR ES TOLERAR se hace, pues, imprescindible en estos tiempos.


René Magritte

Leer el artículo completo:

http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/sampedro/miradas_saco.htm

3 Comentarios:

abueloscrisytoño dijo...

Me gustaría pedirte que recomendaras a tus amigos una visita a mi blog o al de mi nieto Iago http://hablapormidiceiago.blogspot.com/ para que vieran un pequeño corto en el que participa, es muy interesante ver como se comunica un niño con autismo y si quieren votar pueden hacerlo pinchando en la quinta estrella. Un abrazo A.Cris

Ubú dijo...

PADRE UBÚ- ¡Hum!¡Phinanzas! Que me traian ó Ministro de Phinanzas...

Cómo se agradece sempre a lucidez de José Luis Sampedro e cómo se agradece, en especial, ós seus anos, que permaneza ó pé do cañón.
Xa sabemos que as súas observacións van caír en saco rachado, o saco rachado da avaricia, como ata agora, pois non é de hoxe que Sampedro ande a nos abrir os ollos.
En 1996 xa descría do Tratado de Maastricht, ó que acusaba de deixar fora o social, e en 2002, nun libriño exemplar (El mercado y la globalización), moi axeitado par min, que me sitúo no grao cero da comprensión económica, no que explicaba con claridade o funcionamento do mercado, a globalización e a economía (¡Phinanzas!¡Phinanzas!) deixaba pérolas como ésta: "(...) Por tanto, al dejar los gobiernos las manos libres al poder económico privado, los votantes han perdido el control democrático ejercido, en principio, mediante la elección de sus representantes y gobernantes. En otras palabras: la globalización económica es totalmente antidemocrática.
(...) mientras que la minoría globalizadora casi limita su interés a los mecanismos y resortes económicos que afectan a sus beneficios y operaciones especulativas, la gran mayoría oponente se inquieta por lo que importa a la vida humana en todas sus dimensiones, desde el escenario natural a la educación y perfeccionamiento de las personas, desde el hambre a la actividad creadora, desde la justicia a la solidaridad, desde la ciencia al placer. Una vida en plenitud, no reducida a menores horizontes económicos, lo que exige otro mundo más vasto que el financiero. Otro mundo posible: un mundo para todos porque es de todos, no sólo para los instalados en la ascendente barquilla del globo." Que si quieres arroz, Catalina.

Saúdos.

Anónimo dijo...

"– La crisis

– Ahora, ahora es cuando los fanáticos del mercado se dan cuenta de que esto no se puede sostener. Es algo que llevo años advirtiendo –perdón por la inmodestia– en mis muchos textos teóricos, que ahora salen publicados con el título de Economía humanista, en la editorial Debate. No quiero decir que sea contrario al mercado, ni mucho menos. Pero sí lo soy a una sociedad mercantilizada como la nuestra. Aquí se mercantilizan hasta los afectos. Estamos entrando en un periodo de barbarie, como el que se daba en los últimos años del hundimiento del Imperio Romano. Y tenemos a los bárbaros dentro. Eso ha provocado una sociedad impulsada por el miedo. ¿No querían globalización? Pues esto es: el sistema de desarrollo resulta insostenible. Vivimos en el centro de un gran chantaje.

La conversación avanza lentamente, con la aleta caudal de la lucidez como guía. Sampedro adquiere una dimensión de caminante de Giacometti cabreado. O quizá algo más remoto, un camafeo pálido de las islas Cícladas venido a más, delgado como un mixto que fuera arder en el vértigo entre dos frases.

– Esta crisis no sólo es financiera. También lo es de liderazgo. Repase las figuras políticas que había en los años 40 y 50: Churchill, Stalin,Mao, Adenauer... Cada cual con lo suyo, claro. Y ahora qué: pues un Berlusconi, enredado en un montón de causas judiciales; o un Sarkozy, que es el paradigma del adolescente hiperactivo, siempre a lo que salta. Por no hablar de Bush... Personajes todos de segunda clase. ¿Qué podemos esperar?

El anarquista ético que mueve el pistón ideológico de José Luis Sampedro ha entrado en erupción contra la hipocresía florentina de la política actual. Es vivo, audaz y narrativo. Tampoco la izquierda se salva de su botafumeiro de agravios y decepciones: «Si es que no reacciona. La izquierda vive una crisis enorme de la que parece incapaz de salir desde hace años. ¿Adónde llegará? Afortunadamente, la sociedad está muy por delante de sus políticos, de todos. Es el ciudadano el que se mueve, el que está alerta. Menosmal».

No sabemos bien, en este exacto instante, dónde empieza el escritor y dónde acaba el economista. Tampoco importa. El sabio de la tribu está cordialísimo y memorioso. Se engrasa la capacidad de indignación con una friega de sonrisas y un festín de huesos como alabardas que lanza al aire para sujetarse las gafas o para lo que sea.

Después de muchos años vestido de profesor, inauguró los años 80 con un librazo, Otoño otoño, que le quitó ceniza docente para untarle brillos de novelista. Ahora sí. Después vino el pelotazo de La sonrisa etrusca. Y desde entonces empezó a figurar. Pero el campanazo urticante fue el de El amante lesbiano. «Por esta novela hubo quien me retiró la palabra. Era un canto a la libertad, una reacción a tanta represión social», dice. Irrumpió tarde en el mundo editorial, pero es como si eso fuera tiempo que ha ganado."

Conversaciones de J.L. Sampedro con Antonio Lucas
Un saúdo, María José

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