11 de marzo de 2011

CLARA CAMPOAMOR Y EL SUFRAGIO FEMENINO



El 1 de diciembre de 1931 se superó el último obstáculo para lograr la aprobación del voto de la mujer en España. La impulsora de esta conquista histórica fue Clara Campoamor, Diputada en las primeras Cortes de la II República,militante en ese momento del Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux . Clara Campoamor, una mujer inteligente y luchadora, defendió sus principios fervientemente: su creencia en la República y la lucha contra las injusticias a las que entregó su vida con pasión ("He acusado las injusticias porque no quiero que mi silencio las absuelva"). Feminista, y sobre todo "humanista", como ella misma se calificó, fue también una mujer relegada políticamente por no entrar en la lucha e intereses de los partidos políticos.

Esta semana Televisión Española ha emitido un capítulo de la serie "Clara Campoamor", la mujer olvidada", inspirada en el libro La mujer olvidada de Isaías Lafuente. La película, dirigida por Laura Mañá, con guion de Yolanda García Serrano y Rafa Russo, se sitúa en la España de 1931, recién proclamada la II República, donde las mujeres pueden ser elegidas como diputadas pero se les veta el derecho al voto. Las dos primeras mujeres diputadas se enfrentan por el voto femenino: Clara Campoamor lo defiende y gana la votación y Victoria Kent propone su aplazamiento por desconfiar del criterio de las mujeres inmersas en una sociedad patriarcal.

Es una serie interesante, bien ambientada, con buenas interpretaciones, sobre todo la de Elvira Mínguez, que logra comunicar al espectador la fuerza y el compromiso de una mujer excepcional como Clara Campoamor.
La película tuvo que ser rodada en el Parlamento de Cataluña ante la negativa del Congreso de Los Diputados de Madrid, hecho que fue calificado por Isaías Lafuente como " Evidente agravio" a la figura de Clara Campoamor, teniendo en cuenta que varias películas fueron rodadas en el hemiciclo ( El coronel Macia, Azaña o la última sobre el 23F).


Documental de RTVE (1983) sobre la figura de Clara Campoamor. Dirección, guion y redacción, Jesús García Dueñas.





Clara Campoamor y algunos diputados

Poco después de la proclamación de la II República Española se concedía a la mujer el voto pasivo, la posibilidad de ser elegida pero sin derecho a voto. Tres mujeres fueron nombradas diputadas: Victoria Kent, Clara Campoamor y Margarita Nelken ; de todas ellas sería Clara Campoamor la que desempeñará un papel decisivo en la consecución del voto femenino.


La recién inaugurada República era consciente de los cambios jurídicos que debía acometer con respecto a una serie de temas que suscitaban grandes debates: religiosidad- laicidad; propiedad-comunismo, el sufragio femenino, el divorcio... El 14 de julio de 1931 se inauguraron las Cortes Constituyentes y se debatió el derecho a voto de todos españoles. El sufragio femenino es duramente atacado porque la igualdad jurídica supondría la quiebra de la sociedad patriarcal. El debate se planteó como fundamentalmente político, es decir táctico. Parte de la izquierda y el Partido Republicano Radical de Lerroux temían que el voto de la mujer, más influida por la iglesia, podía favorecer a la derecha. El diputado Álvarez Buylla del Partido Radical pidió restringir el voto femenino ( el voto de las mujeres españolas merece toda clase de respetos dentro de aquel hogar español que cantó Gabriel y Galán, como ama de casa; que la mujer española, como educadora de sus hijos es retardataria, es retrógrada; todavía no se ha separado de la influencia de la sacristía y el confesionario y al dar el voto a las mujeres se pone en sus manos un arma política que acabaría con la República...").

Clara Campoamor replicó ante las bromas e insultos de algunos diputados (...He de decir a S.S. en primer lugar, que lamento que cosas de esta entidad y de esta altura puedan tomarse como base de una broma indecorosa y soez. Si fuésemos a deslizarnos por el camino de la broma y del ingenio más o menos oportuno yo propondría muchas limitaciones para los varones. No las voy a enumerar, las dejo a la interpretación de los presentes).


EL ENFRENTAMIENTO ENTRE DOS MUJERES PROGRESISTAS



El debate sobre el sugragio femenino suscitó una gran polémica en la sesión del 1 de octubre de 1931 en la que ha de votarse el artículo. En esta ocasión se produce el enfrentamiento entre las dos diputadas presentes.


Victoria Kent, en nombre de los Radicales Socialistas, pide el aplazamiento del derecho al voto de la mujer, actitud extraña en una feminista activa que luchaba por los cambios educativos y jurídicos:

...En este momento vamos a dar o negar el voto a más de la mitad de los individuos españoles y es preciso que las personas que sienten el fervor republicano, el fervor democrático y liberal republicano, nos levantemos aquí para decir: es necesario aplazar el voto femenino. Y es necesario, Sres Diputados, aplazar el voto femenino, porque yo necesitaría ver, para variar de criterio, a las madres en las calles pidiendo escuelas para sus hijos; yo necesitaría haber visto en la calle a las madres prohibiendo a sus hijos que fueran a Marruecos; yo necesitaría ver a las mujeres españolas unidas todas pidiendo lo que es indispensable para la salud y la cultura de sus hijos...

Esta diputada mantiene la disciplina de partido al considerar que la mujer no era un "sujeto político" dejándola fuera de la vida colectiva; se plegaba, pues, a los que temían que la mujer no votara a los candidatos republicanos. Para Victoria Kent había que esperar años para que la República proporcionara a las mujeres la educación y la cultura.

Clara Campoamor, políticamente incorrecta, que proclama el derecho de la mujer al voto sin depender de su orientación política, le contestó en estos términos (...lejos yo de censurar ni de atacar las manifestaciones de mi colega, Srta. Kent; comprendo , por el contrario, la tortura de su espíritu al haberse visto hoy en trance al negar la capacidad inicial de la mujer). Clara Campoamor tuvo que escuchar las razones aducidas por varios diputados para rechazar el voto femenino ( la incultura, la falta de criterio e incluso el histerismo por naturaleza de las mujeres).

En un ambiente polémico y airado, el artículo 34 del Proyecto de Constitución queda aprobado: Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de 23 años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes. La mujer había conseguido el derecho al Sufragio Universal en España con los votos del PSOE (con la oposición de Indalecio Prieto),algunos republicanos de derecha , pequeños núcleos republicanos catalanes progresistas y Agrupación al Servicio de la República. Se manifiestan en contra, Acción republicana y los radical-socialistas (exceptuando a Clara Campoamor y cuatro diputados más). Pero este triunfo se cuestionó en varias ocasiones, el 1 de diciembre, se propone una enmienda para que la mujer pueda votar en las elecciones municipales, y no en las generales. Se manejan los repetidos argumentos y la situación se complica cuando se retira la derecha que había apoyado el voto femenino. Clara Campoamor en su última gran intervención expone el fondo del problema : " es decir, que condicionáis el voto de la mujer por miedo a que no os voten a vosotros. Ese es todo vuestro contenido filosófico".


La aprobación del sufragio femenino provocó actitudes airadas, el mismo Indalecio Prieto calificó lo ocurrido como " una puñalada trapera a la República". El 2 de octubre de 1931 el diario El Sol publicaba:


La galantería logró un triunfo indiscutible. Virtud española que perdura, para bien del "qué dirán", pese a ciertos jacobinismos que nos sacuden. Pase lo que pase- hay quien asegura otro 14 de abril al revés- resultará lindo que los poetas del futuro canten en sonetos a este 1931, en que los hijos de España se jugaron a cara y cruz un régimen por gusto de sus mujeres.


Fuente principal: La conspiración de las lectoras, de José Antonio Marina y María Teresa Rodríguez de Castro. Anagrama. Un interesante y esclarecedor ensayo sobre el papel de la mujer en la historia de España.

3 Comentarios:

Ubú dijo...

"Como en todas as Igrexias dos santos, calen as mulleres nas asambleas, que non lles está permitido tomar a palabra" Iª Epístola de san Pablo ós corintios (14:34), iso hai dousmil anos, e aló polos 90 do século pasado, Fujimori quería retirárlles o direito ó voto ós analfabetos porque "eran fácilmente manipulables".

A oposición á proposta de Clara Campoamor é de lamentar mais non sorprende toda vez que as mulleres sempre fostes as verdadeiras damnificadas no desenvolvemento histórico. As ideoloxías reaccionario-conservadoras nin vos tiveron en consideración, obviamente, pero outros movementos de raíz progresista como a Revolución francesa ou a Revolución rusa tamén vos esquenceron ou vos limitaron a unha presencia testimonial.
Clara Campoamor foi unha das máis sobranceiras personalidades no eido político daquela época e a súa figura e a súa obra están á espera dunha moi merecida recuperación para a cidadanía de hoxe mesmo.

EL VOTO FEMENINO Y YO. MI PECADO MORTAL de C. Campoamor saiu a venda por 1 euro, co periódico Público, hai un par de meses.

Fer dijo...

El blog está genial, tanto los contenidos que son muy interesantes como la organización y diseño de la página. ¡¡¡Enhorabuena!!!

Ubú dijo...

COMUNERAS

Todo el poder a los barrios. Cada barrio era una asamblea.
Y en todas partes, ellas: obreras, costureras, panaderas, cocineras, floristas, niñeras, limpiadoras, planchadoras, cantineras. El enemigo llamaba " pétroleuses", incendiarias, a estas fogosas que exigían los derechos negados por la sociedad que tantos deberes les exigía.
El sufragio femenino era uno de esos derechos. En la revolución anterior, la de 1848, el gobierno de la Comuna lo había rechazado por ochocientos noventa y nueve votos en contra y uno a favor. (Unanimidad menos uno).
Esta segunda Comuna seguía sorda a las demandas de las mujeres, pero mientras duró, lo poco que duró, ellas opinaron en todos los debates y alzaron barricadas y cuidaron heridos y dieron de comer a los soldados y empuñaron las armas de los caídos y peleando cayeron, con el pañuelo rojo al cuello, que era el uniforme de sus batallones.
Después, en la derrota, cuando llegó la hora de la venganza del poder ofendido, más de mil mujeres fueron procesadas por los tribunales militares.(...)

ESPEJOS. Una historia casi universal. Eduardo Galeano.

Galeano denunciando a "invisibilidade" das mulleres mesmo nestas Comunas nas que as mulleres saíron á rúa para pelexar e manifestarse como pedía Victoria Kent.

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