19 de marzo de 2009

ELEGÍAS ROMANAS

"Animula vagula blandula/ hospes comesque corporis/quae nunc abibis in loca/ pallidula rigida nudula/nec ut soles dabis iocos".
Adriano, Emperador



" ...Quiero ver y descubrir con mis propios ojos todo aquello que se considera bello, grandioso y venerable". Goethe



LAS ELEGÍAS ROMANAS DE GOETHE (1795) es un poemario que refleja sus experiencias en Italia. El contacto del autor con el mundo clásico propiciará un cambio existencial, artístico y ético: tras su regreso a Weimar abandona todo ascetismo y resucita el espíritu hedonista de la Antigüedad. La sensualidad y el erotismo, el ideal de perfección, la búsqueda del amor sublime y el goce de la vida impregnan todos estos versos.

Fruto de la lectura de los poemas es la selección que podéis leer a continuación.





A Luisa B





SOBRE ESTE AUTOR HAN DICHO:


" Goethe, aquel romano de nacionalidad germánica fue uno de los pocos pensadores alemanes que aceptaron la condición humana y que la padecieron sabiamente, sin rebelión metafísica. Fue un gran contemplador y cualquier forma sensible lo inspiraba siempre con fortuna...El don de maravillarse que le venía de los griegos lo incitaba a respetar a los hombres y a las cosas, y su respeto les confería una dignidad particular". Carl J. Burckhardt


"Entre los genios menos contestables, Goethe es, creo, el menos contestado. El hombre, el pensador, el escritor, el poeta, es admirado sobre toda la superficie de la tierra. Esta admiración responde al sentimiento particular de cada uno y es sincera... La personalidad de Goethe es, en efecto, menos la correspondiente a un individuo particular que la del tipo humano perfectamente realizado. Goethe afirma más que niega, sin que su afirmación sea destructiva. Descubre sin necesidad de abandonar nada. Se completa y se perfecciona sin negarse a sí mismo. Si ha variado, del "Sturm und Drang" al clasicismo o al simbolismo, sus obras y sus ideas parecen diferentes y lo son, en efecto. Pero no son heterogéneas, no se anulan, sino que se completan, y su conjunto forma la imagen más grandiosa de lo que un hombre puede comprender, ser y crear". Maurice Boucher


"No había ejemplo en el mundo del espíritu que hubiera podido volverme con tanta confianza, con tal abandono sin restricciones, con profunda aquiescencia. Estaban Wagner, Nietzsche, Tolstoi. Pero con ellos había que andar siempre con reservas, gustar el encanto de la duda, replicar a lo escéptico, desconfiar apasionadamente. Nada de eso con Goethe. Es de un modo totalmente distinto y más definitivo aquel que su imagen y su ejemplo nos ofrecía: tal la figura idealizada de nuestras propias aspiraciones, el punto de enlace de la pasión y el abandono, el ímpetu más personal y el vuelo más compartido. No es preciso ser poeta o escritor para reencontrarse en Goethe. Basta tener conciencia de nuestra condición humana". Thomas Mann


"Algunos hombres nos dan la idea o la ilusión de lo que el mundo y, en especial, Europa hubiera podido lograr si el poder político y el valor espiritual hubieran podido compenetrarse o, al menos, mantener entre sí relaciones menos inciertas. Goethe es uno de estos hombres. Me apresuro a decir que no veo a nadie detrás de él. Después de Goethe, no hay más que circunstancias cada vez menos favorables para la grandeza singular y universal de los individuos". Paul Valéry

LA GRAN OBRA:


DISCÍPULO
Me gustaría convertirme en un hombre bien ilustrado. Quisiera aprender todo lo que existe en el cielo y en la tierra: la ciencia y la naturaleza.

MEFISTÓFELES
Estás en buen camino. Pero no te debes echar a perder.

DISCÍPULO
Pongo todo mi cuerpo y toda mi alma en el estudio. No obstante, no me iría mal tampoco un poco de libertad y de esparcimiento durante los hermosos días de verano.

MEFISTÓFELES
Emplea bien el tiempo que pasa muy de prisa. Con orden, aprenderás a aprovecharlo. Te aconsejo, mi fiel amigo, que ingreses ante todo en el Collegium Logicum. Allí te arreglarán bien el espíritu. Te calzarán unas botas de estilo español, de forma que tu alma se deslizará atentamente por la senda de las ideas y no se perderá extraviada por otros caminos. Al cabo de varios días, aprenderás que lo que hacías espontáneamente, como el comer y el beber con toda libertad, tiene que hacerse con orden y concierto, siguiendo este compás. ¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! En realidad, la fábrica de las ideas es como una máquina de tejer. Miles de hilos se mueven de un golpe. Las devanaderas suben y bajan, mientras que los hilos se hacen invisibles. De un solo golpe, se forman mil combinaciones. De la misma manera debe actuar el filósofo que entra en el aula y que os enseña. Si lo primero fuera así, lo segundo sería de este modo y, por tanto, lo tercero y lo cuarto tendrían que ser de esta forma. Si no existieran ni lo primero ni lo segundo, sería imposible que se dieran lo tercero y lo cuarto. Así lo cantan los discípulos en todas partes. Con todo, ninguno de ellos se convierte en tejedor. Quien quiere conocer y describir lo que es vivo, procura ante todo descubrir su espíritu. Dispone ya entonces de sus partes, aunque, por desgracia le falta todavía la unión anímica. La química la llama “Encheiresin naturae” y, sin darse cuenta, se burla de sí misma.

DISCÍPULO
No puedo entenderle a usted del todo.

MEFISTÓFELES
Ya lo comprenderás mejor más tarde, cuando aprendas a reducirlo todo y a clasificarlo.

FAUSTO: UNA TRAGEDIA

3 Comentarios:

María José dijo...

... El 3 de septiembre de 1876, adoptando el nombre de Juan Felipe Miller y haciéndose pasar por pintor a fin de mantener un incógnito que le permitiera moverse con entera libertad, salió de Karlsbard en dirección a Trento. El asombro, la admiración y la observación minuciosa fueron sus principales actitudes al pasar sucesivamente por Verona, Vicenza, Padua, Venecia, Ferrara, Bolonia, Florencia, Perusa y Asis.Con auténtica veneración, contemplaba monumentos y obras de arte, se iba fijando en el ambiente y en las características meridionales, se preocupaba por los aspectos humanos y sociales de la gente con que trataba. Su mayor deseo, sin embargo, era alcanzar cuanto antes la Ciudad Eterna y así lo hizo el 29 de octubre del mismo año. Como diría más tarde, "me consideré nacido por segunda vez el día en que pisé Roma"...Su atención se centró casi exclusivamente en el mundo grecorromano, ya que ni el gótico ni el barroco lo atraían.Ni siquiera los grandes maestros del Renacimiento despertaron en él un gran entusiasmo...La pasión y el fervor por el arte y el espíritu grecorromano fue lo que lo absorbió casi por completo:
" La brisa que nos llega de las tumbas de estos antepasados va cargada de perfumes que se recogen sobre una colina de rosas. Allí no hay caballeros arrodillados, erguidos en sus armaduras, que esperen una alegre resurrección. El artista ha representado simplemente hombres. No juntan las manos, no miran hacia el cielo. Pero permanecen allí igual como estuvieron durante su vida" ( a propósito de su contacto con los sarcófagos romanos).

"Goethe, el triunfo del esfuerzo y de la admiración". Alfonso Arus

mamiago dijo...

Hola! soy la mamá de Iago, el nieto de Cristina y Antonio. Tengo pendiente un agradecimiento, te lo dejo en nuestro blog. Un besito grande:
gracias

Ubú dijo...

Engañó a todos, menos a sí mismo. Y tal vez por esa razón pudo llegar a ser lo que pensaba que era. Alguien que se reconocía heredero de una cultura y de una tradición, la europea, que se fragmentaba en una pluralidad de mundos particulares, y que confiaba en sus propias posibilidades y en sus limitaciones para adecuarla al mundo nuevo de la modernidad, y recogerla, mantenerla e interpretarla desde la única perspectiva posible: la de su individualismo y su subjetividad, el único modo de sobrevivir a la pérdida de sentido del universo y del mundo.
Antoni Marí falando de Goethe.

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