24 de marzo de 2009

LITERATURA ROMÁNTICA ESPAÑOLA

1 Comentarios:

Ubú dijo...

EL SIMULACRO DEL ROMANTICISMO

(...)
El romanticismo es en España, con escasas excepciones, un movimiento meramente gestual, ajeno a la carga subversiva que posee en diversos países europeos. No se sostiene en sólidos cimiemtos ideales ni, consecuentemente, desarrolla un suficiente vigor creativo. Quizá no podía ser de otro modo, porque tampoco el racionalismo y el pensamiento ilustrado, incubadores por vía de contradicción de la sensibilidad romántica, se habían consolidado. Faltaba el entramado que inaugura la cultura moderna para que efectivamente pudieran ponerse en marcha los instrumentos ideológicos que advirtieran sobre los peligros de tal cultura.(...)

DISFRAZ Y ESENCIAS

El caso del romanticismo español es altamente significativo porque participa de los múltiples simulacros que disimulan la fragilidad autorregeneradora de una cultura. De un lado, el disfraz; de otro, el recurso patéticamente suficiente a las esencias. No es de extrañar, en el primer caso, la primacía de lo teatral o, más exactamente, de la teatralidad. (...) La sensibilidad romántica europea, tardíamente asumida, es despojada de su médula ideal, de su fuerza trágica, de su voluntad moderna, para ser representada como truculenta y anticuada gestualidad.
El honor, la mística, la España eterna, profusamente acicalados, resbalan por los escenarios ante la mirada adocenada de un público que no se ve obligado, por una honda agitación intelectual y estética, a cambiar de paisaje mental. Baste recordar algunas de las obras más famosas, con DON JUAN TENORIO a la cabeza, para comprobar hasta qué punto los dramaturgos románticos, al tratar de emular a Calderón o a Lope con los nuevos recursos patéticos, consiguen obras que, más allá de su teatralidad y efectismo inmediatos, están desprovistas de alcance histórico.
Acaso a partir de estas circunstancias pueda explicarse una cierta paradoja que resuena todavía en nuestros días: el prestigio de "lo romántico" en la cultura española ha sido, por decirlo así, inversamente proporcional a la comprensión del significado auténtico del romanticismo en Europa. (...)
En Alemania es fundamentalmente literario y se explica por medio del interés de los primeros románticos por Cervantes y Calderón. En Inglaterra es más político, y si tiene su raíz negativa en la vieja pugna histórica con el imperio español, se manifiesta positivamente con respecto a la más reciente resistencia frente a Napoleón. Francia remarca la "otredad", tipificando distorsionadamente arcaicas violencias y sentimientos a flor de piel. Ante estas visiones, la actitud de muchos escritores españoles es asumir la romanticidad intrínseca del alma hispana, justificando, gracias a ella, los rasgos traumáticos de una sociedad que, notablemente marginada de la evolución europea, debe explicarse recurriendo a la hipotética idiosincrasia que le proporciona su pasado.(...) El casticismo y el esencialismo, a menudo aparejados, cierran las fronteras del pensamiento y desecan las fuentes de la creatividad.

Rafael Argullol

Unha reflexión "dinamiteira" sobre o romanticismo español.

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